Llegamos a París ansiosos por probar los famosos vinos franceses. La guía de Julián De Dios recomendaba visitar
Les caves Augé (116, Boulevard Haussmann), una vinería muy famosa que por suerte estaba a menos de 3 cuadras de nuestro hotel. Así que, sin dudarlo, incluimos esa visita en nuestro plan del primer día.
El
connoisseur que nos atendió en el lugar nos trató muy amablemente -a propósito, a pesar de su mala fama, todos los franceses nos trataron muy bien-. Lidiamos con las dificultades que nos presentó nuestro inexistente francés y su básico inglés, pero finalmente nos entendimos. Y es que, cuando se trata de vinos, hay una especie de armonía e idioma universal que siempre propicia el encuentro y el entendimiento... al menos esa es nuestra experiencia.
En fin, volviendo al caso, le pedimos un vino típico francés, de una calidad que él considerara aceptable y en un rango de precios de 10 a 20 euros. Él nos recomendó este Clos Fantine, a su criterio de excelente calidad, intenso y especiado, por un precio de 11 euros. Nos gustó que no haya tratado de vendernos algo más cercano a nuestro tope de voluntad de pago, así que cerramos trato.
Es un blend que principalmente de compone de Carignan y Grenache -la prima francesa de la garnacha española-. Nos resultó tan raro que no tenemos descriptores para estos aromas. Tenemos una amiga que siempre dice: "
si un vino huele mal, yo sé que me va a gustar". Este Faugéres nos hizo acordar mucho a eso. En nariz tiene un aroma intenso, medio cárnico, que bordea lo desagradable.
En el primer contacto en boca parece como si fuera levemente gasificado, aunque claramente no lo está. Esa sensación desaparece inmediatamente. Luego tiene un sabor profundo, con aspectos que recuerdan al cuero.
Si bien se trata de aromas y sabores a los que no estamos acostumbrados y que en principio son un poco disruptivos, tiene un final agradable y armónico. Es, sin dudas, una experiencia diferente que está entre las más recordadas de nuestro viaje ya que justamente nuestra idea era probar cosas diferentes.
¡Santé! M. et Mme. Corchito