Elegimos este Torrontés riojano porque era un viernes de mucho calor. Preparamos un hummus con verduras caramelizadas y fue la bienvenida perfecta para el fin de una semana agotadora.
El vino es diferente. A diferencia de otros de su cepa, es bastante apagado en nariz (no invaden la copa los aromas a duraznos de otros Torrontés de altura). Sin embargo, en boca es rico y tiene notas herbáceas.
Quizá no es fuera de serie -al menos, no lo recordamos así- pero está muy bien, para variar e ir descubriendo las particularidades que imprimen en las uvas los distintos suelos.
¡Salud! Sr. y Sra. Corchito
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