Esta vez no fue la excepción. El 19 de enero recibimos a unos amigos que se están iniciando en el mundo del vino. Y espontáneamente decidimos presentárselo. Siempre en nuestra cavita hay algunas botellas listas para entrar en escena. Mañana también vienen otros amigos y seguramente descorcharemos una botella. Siempre nos hace quedar bien, como anfitriones y en regalos... Amalaya no falla.
Por este vino tenemos tanto afecto que hasta nos cuesta escribir una crítica y poner en palabras nuestra veneración. Es un vino con aromas y sabores a fruta madura, con una excelente estructura y un final firme y persistente. Si se le dedica tiempo, se pueden encontrar reminiscencias de vainilla y chocolate, también algo de fruta negra.
Este Blend se compone de un corte con base Malbec (75% aproximadamente) y el 25% restante se compone de Cabernet Sauvignon, Syrah y Tannat. Tiene una complejidad profunda pero no abrumadora. Lo podemos entender y disfrutar quienes no somos expertos, aunque advirtiendo rápidamente que se trata de un producto fuera de serie considerando su relación precio-calidad.
Quizá la calificación sea caprichosa y esté, más que nunca, teñida de la más profunda subjetividad. Pero creemos que Amalaya siempre nos da un momento di-vino a un precio realmente conveniente. ¿Qué más se puede pedir?
¡Salud! Sr. y Sra. Corchito
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