Vamos a empezar por un vino que probamos anoche, este Côtes de Provence que trajimos desde París y estaba esperando en nuestra cavita una noche linda para ser descorchado. Lo primero que llama la atención es, visualmente, su botella "contour" y su delicado color (nos han dicho que a este color se lo llama piel de cebolla... no sabemos si es así pero es un buen descriptor).
Este rosé es un blend de Cinsault, Grenache y Syrah, algo que no es habitual es los rosados de nuestro país. En nariz presenta notas minerales y florales, parecidas a las de un Sauvignon Blanc. En boca es refrescante, ligero y tiene un final medio y delicado.
Este vino fue una grata sorpresa ya en algunos casos, entendemos que los vinos que trajimos no eran de la mejor calidad. El afán por conseguir demi-bouteille para que pesen menos en la valija y la compra apresurada evidentemente no han colaborado en las mejores elecciones. Sin embargo, en este caso, volvimos con alegría a viajar a Francia en este fugaz momento di-divino.
¡Santé! M. et Mme. Corchito
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